martes, 8 de septiembre de 2015

EL MORMONISMO

Eduardo Vásquez Carrasco



INTRODUCCION
El mormonismo no es más una extraña y callada secta religiosa escondida entre Utah, EEUU. Hoy en día, su presencia se hace sentir en todo el mundo. Tiene una agresiva campaña publicitaria “orientada a la familia” en radio, televisión, prensa escrita e internet. Pocos son los hogares que han escapado a la visita de los misioneros mormones.
La iglesia mormona gasta millones de dólares al año en publicidad y acción social en un intento de lograr familiaridad y notoriedad ante la sociedad estadounidense y del mundo entero. Es pues un reto para la iglesia cristiana conocer esta secta, su organización, historia y creencias, y de esta forma estar preparada para hacer una apologética responsable y saludable.
En el presente trabajo bibliográfico se exponen brevemente la historia, organización y creencias de la iglesia mormona.

1.      ORIGEN E HISTORIA
1.1. JOSEPH SMITH
El profeta mormón Joseph Smith, hijo, nació el 23 de diciembre de 1805 en Sharon, Vermont. Fue educado en un ambiente de ignorancia, pobreza y superstición, además poseía un carácter indolente. De acuerdo a la atmosfera de superstición en que vivía, pronto empezó a sentir pretendidas revelaciones y visiones divinas (1820 – 1823).
En este último año de 1823, el ángel Moroni le reveló el lugar donde estaban enterradas las planchas de oro que contenían la historia de la antigua América, en “caracteres egipcios reformados”. Desde entonces se dejó ver su pobre gramática, y el hecho de que cometiera frecuentemente faltas gramaticales y ortográficas.
En 1830, Joseph Smith organizó la Iglesia Cristiana de los Santos del último Día, en Fayette, Nueva York. Esto pudo llevarlo a cabo después de haber convencido a unos cuantos amigos de que su traducción de las Planchas de oro había sido hecha con la asistencia de los propios Urim y Tummim que el ángel le había servido.
Se dice que las planchas estuvieron escondidas en la tierra desde el año 420 de nuestra era hasta el 22 de setiembre de 1823, fecha en que Joseph Smith las descubrió en el Monte Cumorah.
Smith fue imputado varias veces bajo acusaciones de intromisión política por sus planes para postular a la presidencia de la nación e intentos de establecer una teocracia, cargos por los que no se le pudo juzgar ni condenar por falta probada de evidencias concretas en la que Smith se defendía con vehemencia ante los tribunales.
En 1844 estimuló la supresión de un periódico que había publicado acusaciones contra él; poco después fue arrestado en Carthage, acusado de sedición sin haber evidencias. La cárcel en la que estaba retenido fue asaltada por unos con la cara pintada de negro que logró llegar a su celda y darle muerte a él y a su hermano Hyrum Smith a balazos.

1.2. PRIMEROS AÑOS
En junio de 1831 una revelación ordenó a los santos de los últimos días que se establecieran en Misuri, “la tierra de Sion”. Las ciudades de Kirtland (Ohio) y Sion (Misuri) se convirtieron entonces en los centros principales del movimiento mormón. En Illinois, donde encontraron buena acogida, fundaron la ciudad de Nauvoo, y fue aquí donde Smith realizó su mayor alarde, anunciándose a sí mismo como candidato a la presidencia de los EEUU. Luego fue encarcelado, acusado de falsificación, encubridor de crímenes y otros graves delitos. Fue asesinado en la cárcel.
Brigham Young vino de Inglaterra, donde había estado haciendo proselitismo y poco a poco fue eclipsando a sus rivales en la organización mormona. En julio de 1847 llegó a Utah, territorio mexicano por aquel entonces deshabitado.  Bajo la guía de Young, los mormones se convirtieron en excelentes pioneros.  Enviaron misioneros a Inglaterra y toda Europa para hacer conversos, sobre todo mujeres.
Brigham Young vivió 76 años, y murió en 1877. Conforme los EEUU fueron adquiriendo mayor influencia y preponderancia, los mormones fueron dándose a conocer como buenos colonizadores. Nuevos y costosos templos fueron erigidos en Logan (Utah), Cardston (Alberta), St. George (Utah), Manti (Utah), Mesa (Arizona), Honolulu, Salt Lake City, Idaho Falls y Berna (Suiza).
A la muerte de George Albert Smith, pariente lejano de Joseph y octavo profeta, vidente y revelador, ocurrida en abril de 1951, el Consejo de los Doce Apóstoles eligió como sucesor a David O. McKay.

2.  ORGANIZACIÓN
2.1. LA IGLESIA MORMONA
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es presidida por tres hombres conocidos como la Primera Presidencia, formada por el Profeta, o Presidente de la Iglesia, y sus dos Consejeros. De acuerdo con este mismo modelo apostólico, se distingue un cuerpo de doce apóstoles vivientes, por medio de los cuales es difundido su mensaje en todo el mundo.
La Primera Presidencia, compuesta por el Profeta y sus dos Consejeros; el «Consejo de los Doce Apóstoles», presidido por el segundo Apóstol de mayor antigüedad en el Quórum de los Doce; el Obispado Presidente compuesto por un Obispo Presidente y dos Obispos Consejeros; y el Primer y Segundo Quórum de los Setenta, conforman lo que los Santos de los Últimos Días conocen como «Las Autoridades Generales» de la Iglesia, es decir, los líderes con autoridad a nivel mundial en los asuntos de la Iglesia. Del Tercer al Octavo Quórum de los Setenta se les conoce como Autoridades de Área, es decir, cuya su autoridad está dentro de la jurisdicción de un Área, que tiene límites específicos. Los quórums de los Setenta son presididos por 7 presidentes. La Iglesia también cuenta con hermanos y hermanas quienes sirven como líderes de las Organizaciones Auxiliares a nivel General, es decir a nivel mundial.
A nivel local la Iglesia se divide en unidades llamadas «estacas» (analogía a las estacas de una tienda de campaña que la sostiene, la tienda de campaña simboliza a la Iglesia), divididas a su vez en unidades más pequeñas llamadas «barrios». Cada estaca es presidida por una Presidencia de Estaca compuesta por un Presidente y dos Consejeros. Los barrios son dirigidos por Obispos que son también asistidos por dos consejeros, formando el Obispado del Barrio. En las localidades donde no haya una gran cantidad de miembros de la Iglesia se organizan Ramas, que son unidades más pequeñas que un barrio pero que al igual que estos agrupan a un número de familias. Estas Ramas son presididas (dirigidas) por una presidencia de Rama compuesta por un presidente y dos consejeros. Si se diera el caso que hay Ramas que geográficamente están cerca una de la otra se puede conformar un Distrito, presidido por una Presidencia de Distrito compuesta por un presidente y dos consejeros. Cada Distrito es dependiente de la Misión donde se encuentre situado. Una Misión es presidida por una Presidencia de Misión compuesta por un presidente y dos consejeros. Una Rama puede pertenecer a un Distrito según lo antes descrito, o también a una Estaca dependiendo de su cercanía. Cada unidad local cuenta con presidencias de Quórums y Organizaciones Auxiliares.
Cada barrio está compuesto por un número reducido de miembros que viven cerca unos de otros y que se relacionan entre ellos como una sola familia. Se visitan mutuamente y procuran conocer sus necesidades para convertirlas en oportunidades de servicio. Debido a que su actitud está mayormente orientada hacia el servicio, los miembros ocupan posiciones de liderazgo denominadas «llamamientos» de manera totalmente voluntaria y sin recibir pago alguno.

2.2. LA ACCION MORMONA
Mucha de la imponente organización de la Iglesia Mormona está orientada a la seguridad social. Hay muchos mormones que trabajan como voluntarios en sus centros comunitarios. Todos los jóvenes mormones son requeridos por uno o dos años como misioneros a tiempo completo, sin otra manutención que su alimentación y alojamiento. Incluso esto último es pagado en buena medida por sus familiares.
Además, un domingo al mes suprimen una comida, y un día a la semana ayunan, de este modo, lo que ahorran estos días es donado a la Iglesia Mormona para ser distribuido a los pobres. De esta forma, en época de crisis, los mormones reciben ayuda de su iglesia y no del estado.
Posiblemente, este celo por la seguridad social, junto con la preocupación por el desarrollo de sus seis mil misioneros mormones, que recorren el mundo entero, sean las causas principales de su crecimiento. No es de extrañar que un sistema religioso que pone énfasis no solo en la salvación espiritual, sino también en la espiritual, tenga tan gran acogida y aceptación en los días actuales, donde la gente reclama resultados materiales antes que principios doctrinales.

3. DOCTRINAS
3.1. ESCRITURAS MORMONAS
Contra la doctrina básica del protestantismo, que solamente admite a la Biblia como Escritura inspirada, la iglesia mormona reconoce además otras tres obras normativas: el Libro de Mormón, Doctrina y convenios, y La perla de gran precio. A estas obras se añaden las enseñanzas de los sucesivos Presidentes y Profetas que la iglesia ha tenido desde su fundación.
La fuente de la que todo el mormonismo fluye y crece es el concepto de revelación continua. La iglesia enseña que todo miembro puede recibir revelaciones, pero éstas no son válidas para toda la iglesia. Dentro de las Autoridades Generales, la Primera Presidencia y el Cuerpo de los Doce tienen el don de ser “Profetas, Videntes y Reveladores”.
El mormonismo tiene un oráculo viviente de Dios, en la persona de su Presidente y Profeta. No solo cuenta con lo que Dios ha dicho en el pasado, sino que posee una fuente infalible para determinar lo que Dios desea enseñar hoy, tanto en cuanto a doctrinas y costumbres religiosas, como en todos los ámbitos de la vida.

3.2. CREENCIAS MORMONAS
La mayor de las herejías del mormonismo se resume en el axioma teológico de la ley de la progresión eterna. Está formulada de esta manera: como es el hombre, así era Dios antes y como es Dios, el hombre puede llegar a ser.
Todo esto comienza con la doctrina de los Santos de los últimos días según la cual hay un gran número de planetas esparcidos por la vastedad del espacio exterior, que son gobernados por un incontable número de hombres-dioses que una vez fueron humanos como nosotros.
El pueblo mormón está entregado a un programa de control que planifica su vida entera, mientras ellos buscan la exaltación y la divinidad, su propio planeta para gobernarlo y reinar sobre él.
Los mormones creen que Elohim es su Padre celestial, y que vive con sus numerosas esposas en un planeta cercano a una misteriosa estrella llamada Kolob. Aquí, el dios del mormonismo y sus esposas, por medio de unas relaciones sexuales celestiales y sin fin, produjeron millones de hijos espíritus.
Para decidir el destino de estos, el jefe de los dioses mormones convocó a un gran concilio celestial. Lucifer y su hermano Jesús, los dos hijos mayores de Elohim, estaban allí.
Se presentó un plan para construir el planeta Tierra, donde los hijos espíritus serían enviados para que tomaran un cuerpo mortal y aprendieran a discernir entre el bien y el mal. Lucifer se puso de pie y se ofreció a convertirse en el salvador de este nuevo mundo. Deseando la gloria para sí mismo, pensó obligarlos a todos a convertirse en dioses. El Jesús mormón, oponiéndose a la idea, sugirió que se le diera al hombre libertad para escoger, como en los otros planetas. La votación que siguió aprobó la proposición del Jesús mormón, quien se convertiría en el salvador del planeta Tierra.
Enfurecido, Lucifer convenció con astucia a la tercera parte de los espíritus destinados a la Tierra para que pelearan junto a él y se rebelaran. De esta forma, Lucifer se convirtió en el diablo, y sus seguidores en los demonios. Enviados a este mundo en forma de espíritus, se les negaría para siempre la posibilidad de tener un cuerpo de carne y hueso.
Sobre los que permanecieron neutrales en la batalla se lanzó la maldición de que nacieran con la piel negra. Esta es la explicación mormona de que haya una raza negra. Los espíritus que lucharon con mayor valentía contra Lucifer, nacerían en familias mormonas en el planeta Tierra. Estos serían los de piel más clara, o “blancos y deleitables”, como los describe el libro de Mormón.
Los primeros profetas mormones enseñaban que Elohim y una de sus esposas diosas vinieron a la Tierra como Adán y Eva para comenzar la raza humana. Miles de años después, Elohim viajó de nuevo a la Tierra en forma humana desde la base de la estrella Kolob, esta vez para tener relaciones físicas con la virgen María, a fin de proporcionarle a Jesús un cuerpo físico.
El apóstol mormón Orson Hyde enseñaba que después de crecer y llegar a hombre, Cristo tuvo por lo menos tres esposas: María, Marta y María Magdalena. Con estas esposas, se supone que el Jesús mormón tuvo una serie de hijos antes de ser crucificado. También supuestamente, Joseph Smith, el fundador del mormonismo, era uno de sus descendientes.
Según el libro de Mormón, Jesús vino después de su resurrección al continente americano para predicarles a los indios, de los cuales los mormones creen que en realidad son israelitas. Así que el Jesús del mormonismo fue quien fundó su iglesia en el continente americano, como lo había hecho en Palestina. Ya en el año 421 d.C., los israelitas de piel oscura, conocidos como lamanitas, habían destruido a todos los de piel blanca, o nefitas, en una serie de grandes batallas. Supuestamente, los escritos de los nefitas se hallaban en unas placas de oro enterradas en la colina de Cumorah por Moroni, el último nefita que quedó vivo.
Unos mil cuatrocientos años más tarde, un joven buscador de tesoros llamado Joseph Smith, famoso por su exageración en los cuentos, afirmó haber descubierto estas placas de oro cerca de su hogar en la parte norte del estado de Nueva York. Actualmente, los mormones lo honran como profeta, porque afirmó haber tenido visiones del mundo espiritual en las cuales se le ordenaban organizar la Iglesia mormona, puesto que todos los credos cristianos eran una abominación. Fue Joseph Smith el que originó la mayoría de estas doctrinas tan extrañas que hoy en día millones de personas creen ciertas.
A base de mantener un rígido código de exigencias económicas y morales, y por medio de la celebración de unos ritos secretos en el templo por ellos mismos y por sus muertos, los Santos de los últimos días tienen la esperanza de demostrar que son dignos y convertirse así en dioses. Los mormones enseñan que todos los seres humanos comparecerán en el juicio final ante Joseph Smith, el Jesús mormón y Elohim.
Los mormones que han sido sellados en la ceremonia de matrimonio eterno en los templos de los Santos de los últimos días esperan convertirse en dioses polígamos, o diosas esposas de estos, en el Reino celestial, gobernar sobre otros planetas y seguir produciendo nuevas familias por toda la eternidad. Los mormones le dan gracias a Dios por Joseph Smith, quien afirmaba que había hecho más por nosotros que cualquier otro hombre, incluyendo a Jesucristo. Afirman que murió mártir, derramando su sangre por nosotros, para que también nosotros nos podamos convertir en dioses.

CONCLUSIONES
Aunque la iglesia mormona pueda parecer interesada en la familia y la mantención de un elevado nivel moral entre sus miembros, además de su fuerte acción social; queda claro que sus orígenes, doctrinas y prácticas están tiznados de ocultismo y secretismo.
Aunque se consideran cristianos, sus doctrinas y prácticas no lo son para nada. La revelación continua, la ley de progresión, la añadidura de más libros supuestamente canónicos y la enseñanza distorsionada sobre el Dios y Jesucristo, los alejan completamente de la esfera cristiana.
Es responsabilidad de la iglesia cristiana dar una apologética sana y madura contra esta secta. Se dice que las sectas son las facturas impagas de la iglesia, que donde la iglesia ha guardado silencio o ha hecho poco, ahí las sectas han prosperado.
La iglesia evangélica debe esforzarse por redoblar sus esfuerzos misioneros, de acción social y de preocupación por la moral familiar de sus integrantes.

BIBLIOGRAFIA
·                    Ankerberg, John & Weldon, John (1991) Los hechos acerca de los mormones. S.l.: Instituto Teológico de Investigación Ankerberg.
·                    Carlson, Ron & Decker, Ed (2001) Realidades sobre doctrinas falsas. Miami: Unilit.
·                    Saravi, Fernando (1997) El mormonismo al descubierto. Grand Rapids: Potavoz.
·                    Solari, Claudio (2012) Cristianismo vs. Mormonismo. Bloomington: Palibrio.
·                    Van Baalen, J. K. (1969) El caos de las sectas. Grand Rapids: TELL.

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