EDUARDO VASQUEZ CARRASCO
INTRODUCCION
Cada estilo o forma musical tiene una
doctrina o teología que la respalda. Es decir, que la música refleja lo que el
cantante cree, ya que toda música refleja una filosofía especifica.
Así, en la iglesia, la música que se
utilice para la adoración va a reflejar lo que la iglesia crea sobre Dios y
sobre la adoración. Actualmente, hay dos formas musicales en las iglesias que
son las que predominan, la llamada música cristiana contemporánea, aquellas
iglesias que buscan mantener una forma musical fiel a las Escrituras, e
iglesias que combinan ambos estilos tratando de hacer una síntesis de ambos.
Lo que predomina en la actualidad es una
desinformación y desconocimiento sobre lo que es realmente la adoración. Es
decir, se desconoce lo que la Biblia dice sobre la adoración. Son muy pocas las
iglesias y los creyentes que han realizado un estudio serio de la doctrina de
la adoración, tanto del Antiguo Testamento como del Nuevo Testamento.
Lo que predomina actualmente en la
iglesia es una música enfocada en una ética hedonista y sentimental. Es decir,
que se utilizan los estilos musicales que prefieren o gustan a las personas
mayoritariamente, sin tomar en cuenta lo que Dios demanda como adoración.
Pero la Biblia enseña otra cosa. Efesios
5.10 dice que debemos comprobar lo que es agradable a Dios. Es más Dios
establece en su Palabra los requisitos que el adorador debe cumple antes,
durante y después del acto de adorar. Esto incluye también a la música.
MUSICA CRISTIANA CONTEMPORANEA
Es una corriente que surgió y fue
impulsada por la neo-ortodoxia y su enfoque teológico. La neo-ortodoxia es una
escuela de pensamiento teológico liberal. Básicamente enseña que debemos buscar
una síntesis en el pensamiento teológico. Es decir, que si una postura
conservadora plantea una tesis, como la divinidad de Jesús, pero otra postura
más liberal la niega, entonces la neo-ortodoxia buscará una síntesis de ambas. De
ahí surgió la idea de dos Cristo, uno histórico y otro teológico, el Jesús de
la historia y el Jesús de la fe.
Utilizando las ideas de Hegel de tesis,
antítesis y síntesis, se ha buscado sintetizar tanto las tradicionales formas
musicales de adoración con los nuevos estilos musicales tomados del mundo
secular. Así, enseñan que no importa el estilo musical, puede usarse música
sacra, académica, pop, etc., mientras se cuide la letra. Esto abre las puertas
a un sin número de posibilidades, no todas fieles a la Palabra de Dios.
La Nueva Era también ha ido metiéndose,
lamentablemente, en el movimiento de la MCC. Con una filosofía humanista,
panteísta y anti bíblica, la Nueva Era enseña y fomenta la posibilidad de ser
dioses. El viejo engaño de Génesis 3.
Con relación a la música, dan prioridad
al ritmo por sobre la melodía. Utilizan ritmos irregulares y hay ausencia de
una melodía sostenida, por ejemplo, en la música rock, o en el jazz.
El problema aquí es que la música si
tiene un efecto sobre el oyente, tanto a nivel físico, psicológico y
espiritual. La melodía, armonía y el ritmo de una canción afectan el cuerpo,
por ejemplo, el sistema circulatorio, nervioso, endocrino e inmune.
Afecta también a la mente. La música tiene una cualidad innata que la
convierte en un lenguaje universal, que está más allá de los idiomas. La música
afecta la conciencia del oyente. Puede inducir diferentes estados de
conciencia. Afecta el estado de ánimo.
El ser humano es una unidad, si la música
lo afecta física y psicológicamente, entonces también se afecta
espiritualmente. No se puede dividir estas dimensiones, están relacionadas,
interactúan, se comunican y afectan mutuamente. Está demostrado científicamente
que el sistema nervioso, endocrino e inmunológico utilizan un lenguaje común e
interactúan como si fueran un macro-sistema.
EL CANTICO NUEVO
No solo se be prestar atención entonces
solo a la letra de las canciones, sino también a la música que la acompaña.
Esta es la que le da el sentido y la intención a la letra.
La Biblia enseña el principio del cántico
nuevo. El Salmo 40.3 dice “puso luego en mi boca, cántico nuevo…”. Este cántico
nuevo debe estar en nuestra boca y brotar de nuestro corazón transformado por
Dios. Lucas 6. 45 dice “… porque de la abundancia del corazón habla la boca”.
Josué 1.8 dice “nunca se apartará de tu boca este libro de la ley”.
El cantico nuevo es un cantico que le
alaba a él. El propósito principal de la música es alabarle a él. Cuando
nuestra música utilizada en la adoración es una que le da la alabanza a él,
entonces Dios nos fortalece y nos bendice.
La música debe tener principalmente una
melodía, con un armonía sujeta a esa melodía y el ritmo bajo la superficie,
donde apenas se note. No es cuestión de cultura. En toda cultura se encontrará música
beneficios y música perniciosa. La tarea es distinguir cual beneficia al ser
humano y cual no. Esa regla la da Dios es su Palabra.
Debido al gran poder de influencia que
tiene la música sobre el ser humano en su totalidad, debemos ser más cuidadosos
de la música que se elija para adorar a Dios. Si el objeto de nuestra adoración
es Dios, entonces debemos buscar en su Palabra cuál es la música que a él le
agrada y utilizarla para adorarle.
No es fácil renunciar a los propios
deseos. Estamos acostumbrados a hacer las cosas a nuestra manera. Se nos ha
enseñado a buscar lo placentero y lo fácil, y a evitar lo que requiera
sacrificio.
La vida cristiana consiste de
sacrificios. De renunciar a la pasada manera de vivir y de vestirse del nuevo
hombre. Es decir, buscar en el ejemplo de Jesús un nuevo estilo de vida, que
agrade a Dios, eso es la adoración, obediencia y sujeción a la majestuosa y
todopoderosa voluntad de Dios.
La música es un instrumento poderoso de
comunicación. Dios la ha elegido para ser el medio por excelencia a través del
cual se le exprese alabanza. Pero la música, como todo, tiene un componente
moral. Hay varias músicas, cada una sujeta a una filosofía concreta. Hay música
sensual, desordenada, rebelde, etc., y estás cualidades se expresan a través
del uso de la melodía, la armonía y el ritmo.
No hay que ser ingenuos. Hay que hacer un
uso serio y maduro, en todos los sentidos, de la melodía, armonía y ritmo en la
música que se utiliza para adorar a Dios, ya que nuestro propósito es glorificar
a Dios.
REFERENCIAS
·
Garlock, Frank. Seminario: El lenguaje de la música. Majestic Music
Ministry.
·
Bartley, James. La adoración que agrada al Altísimo. Casa Bautista
de Publicaciones.
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